Freguesía do Ó

Vamos a hablar de Freguesia do Ó... barrio del norte de São Paulo, antiguo, con montones de restaurantes, barzinhos y locales de samba en directo.

Fuimos a comer al "O frango", o lo que es lo mismo "El pollo", sí, en português suena con más glamour, porque al final es una pollería con montones de cervezas de todos los lugares del mundo y con precios proporcionales a la distancia.

Después de la comida... a eso de las 18 de la tarde, comienzan las copas. Qué le vamos a hacer, justo al lado del restaurante nos encontramos con un garito de samba maravilloso... en realidad no queríamos liarnos, pero claro, nos ponen los garitos justo en frente...

Ohhh, sitio maravilloso, lleno de negritos y negritas más que guapos y guapos. Como siempre simpatía, sonrisas, baile y una forma de vivir la fiesta diferente a lo que estoy acostumbrada. Los brasis no beben, se dedican a bailar, a bailar más, a ligotear, a sonreír, al buen rollo al fin y al cabo. Rara vez he visto aquí a ningún borracho que incomode el buen rollito del bar.

Buen rollito, rodeada de brasis, charlatanes, un poco cantamañanas (que diría mi ama), guapos, guapas, simpáticos, bailones, bailonas. Todos juntos, de todas las edades, niños, jovenzuelos, gente de mi quinta... todos juntos alrededor de "samba ao vivo" y de unas Brahma. Conocer gente, charlar, intercambio de cultura, intercambio de impresiones, ¿cómo es en España? ¿esto no existe? ¿no sabes sambar? son las preguntas del millón.

Mis ganas de hacerme con gente brasileña siguen ahí, pero cada vez me resulta más complicado. A principio pensaba que el no hablar bien portugués influía, pero no es así. A pesar de que el problema del idioma casi no existe, es complicado. Al fin y al cabo ¿tenemos amigos guiris en nuestra ciudad? ¿contamos realmente con ellos? creo que no, los guiris, son guiris, somos guiris, majetes, simpáticos, interesantes, pero tan diferentes a nosotros, tan diferentes a ellos, que não da.

Pero bueno, tarde increíble, de subidón, de alegría, bailes y charletas, de expectativas superadas, de conocer gente nueva, de conocer cosas nuevas en gente conocida, detalles buenos siempre para mi.

Después de este barrio maravilloso, tocaba un poco de perreo español... fin de noche hasta bien tarde en el "Hotel Cambridge" (Av. 9 de Julho, 216 - Centro)... buena música y marcha hasta que el cuerpo aguantó... un premio a mi Ferran, buen compañero de fatigas.