lunes, 21 de enero de 2008

Cajamar: donde Jesucristo perdió la chancleta

Antes de hablar de Cajamar, voy a contar la noche del juevés (17-enero): salida breve pero intensa. Copichuela en casa de los chicos y concierto en el Bourbon Street (Rua dos Chanés, 127 - Moema) de "Funk como le gusta". Un grupo brasi impresionante:


Para no variar, viernes de bajón en la ofi, aunque no me quejo porque acabamos a las 15 con lo que tenemos toda la tarde para echar una súper siesta. Ejemmmm, hacía mucho que no me quejaba del tráfico aqui, verdad? pues no sé en qué momento de mi espesura mental y letargo mañanero, decidí volver en taxi a casa por aquello del agotamiento y la pereza. Coño, Alex y Cris se apuntan al taxi.... ainnnn, hora y media para llegar a casa, con un calor de tres pares. Accidente en la Marginal y metro roto. Sin comentarios.

Viernes de siesta, hasta que Osvaldo (el amigo estrellado de Giu) me despierta con su voz dulce y aterciopelada (por qué extraña razón siempre hay un -- en mi vida?). En fin, un poco de charleta con Marti (el chico de Zamora que se acaba de incorporar y está en casa hasta que procure su apartamento), paseo por el barrio, unas cervecitas y a sufrir: fiesta en Cajamar.

¿Cajamar? Sí señores, no es un banco, con es una caja, es un pueblo a unos 30 kilómetros de São Paulo. La señorita Silvia, una catalana muy simpática vive allí porque tiene la empresa en aquel recóndito lugar.

Son sólo 30 km de distancia, pero que maravilla, jajaaaaa. Es la sierra de São Paulo, de repente montañas, árboles, más montañas. iujuuuuuuujujuu. Aire más o menos puro, silencio. Casota, piscina, cena a la española, chorizo, jamón, tortilla de patata, vino. Es la ostia eso de estar lejos de casa y morirse de la emoción ante una cena así. Esto se merece unas fotitos:


Nos quedamos a dormir todos en casa de Silvia, en súper Cajamar con la esperanza de que el sábado hiciera buen tiempo y hacer uso de su piscina casi olímpica, pero qué se le va a hacer... lluvia y más lluvia. Es lo que tiene São Paulo, cuando hace un calor de muerte estás andando en una avenida gigante a la solana... y cuando tienes una piscina a mano, llueve que te cagas!!! Todo no se puede pedir.

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