Después del Amazonas, tocaba un poco de playa... escogimos Fortaleza.
No sé a qué os suena Fortaleza. A mi me sonaba a playas chulísimas y a ciudad bonita. Pues no. Horror de ciudad, casposa, fatal. Playas normales y toneladas de cemento en grandes rascacielos.
Búsqueda de cajero, sin un duro en el bolsillo y sin billete de vuelta a casa, a mi casa. Mi tarjeta no funciona, la de Borja malamente, no podemos comprar un vuelo por Internet, en las agencias no nos dejan pagar con tarjeta... desesperación. A pesar de que adoro el país y de que después de casi 6 meses deberia de estar acostumbrada a todo... mi paciencia se agota. Sensación de impotencia, ganas de llorar, lágrimas en los ojos. Necesidad de llegar a un sitio donde las cosas sean fáciles a la primera.
Pero como siempre, despues del temporal llega la calma. Conseguimos comprar el vuelo a casa y pasar un buen día. Paseo, playa, chiringuito... y bus al paraíso: Jericoacoara.
Da igual en que ciudad estar, cada vez estoy más convencida. La gente que te rodea es todo.
lunes, 31 de marzo de 2008
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