40 horas de viaje. Retraso de un par de horas para salir, y de nuevo expectativas más que cumplidas. Lío de hamacas, mucha gente, preocupación por las mochilas, 2 baños para muuucha gente, calor, humedad, agobio por el retraso... pero nada de eso. En el momento que el barco se puso en marcha el calor pasó, el miedo ante robos también.... simplemente nos integramos en el ambiente.
El "encuentro de las aguas" es increíble. El río Amazonas comienza cuando el río Negro y el Solimões se unen:
Hicimos dos amigos, comerciantes de la zona que se desplazaban con el objetivo de hacer negocios, Mario revendiendo relojes chinos y el señor Japo dedicado a la construcción. Increíble. Cenamos con ellos, y después la forma de ocio, es subir a la parte de arriba del barco y allí ver vídeos musicales sin pestañear con una cerveja bem gelada.
El tema de dormir en las hamacas es un punto. Intimidad cero, pero es cómodo aunque no lo parezca. Las horas pasan, los paisajes, la luz cambia... descanso, tiempo para pensar, para charlar, para estar en silencio, para disfrutar de las vistas, para disfrutar el uno del otro sin tener ninguna otra distracción más que observar el paisaje y ver la vida pasar.
Simplemente, merece la pena, 40 horas diferentes.
1 comentario:
Peazo de fotos y comentarios emotivos......;-)
Que la experiencia brasi siga cumpliendo nuestras expectativas.
Un besazo
La de la tostada
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