jueves, 29 de mayo de 2008

Feriado de mayo

Gran puente de Corpus Christi. De jueves 22 a domingo 25 de mayo. Más que predispuestos. Ferran, Elene, Sergio y yo, salimos de la gran ciudad el propio miércoles laborable, escopeteados del trabajo.

Dos horas para salir de São Paulo. Dos horas para andar escasos 50 km, esas son las maravillas de la gran ciudad. Pero aún así, me sentía feliz, encantada de salir de finde, viajar, conocer gente y convivir con una familia cada vez más cercana.

El viaje transcurre sin problemas, como siempre los hombres son los conductores, las dos mujeres placidamente dormidas en la parte de atrás. Todo hay que decirlo: “Elene, has ganado terreno, que le vamos a hacer!”

Llegada a Angra dos Reis, en el estado de Rio. No podía valorarlo, a la 1 de mañana… sólo sueño y ganas de dormir. Tras un buen sueño, un jueves soleado se presentaba lleno de energía. Abrir la ventana, buenas vistas, un entorno inmejorable. Buena compañía, y lo fundamental, muchas ganas.

Desayuno y día de barco, playa y baño, que más se puede pedir? Sí, que salga el sol por donde quiera.


Viernes de arrejuntamiento con el resto de la familia: Cris, Ale, Lucas y Elena. Allí estábamos todos, con ganas de pasarlo bien, de cachondeo, tomatina, picanha… de todo. Más barco, sol, playa, buen comer y buen beber, y camino a Ilha Grande. Que salga el sol por donde quiera. O no.

Sábado de mis sueños. La que dicen la 2ª mejor playa de Brasil. Lopes Mendes. Ahí estábamos. Los demás no sé, yo en la gloria. Simplemente tranquila, en un entorno paradisiaco. Baño en un mar revuelto y lleno de olas, paseíto, una cerveza, comer, más baños, siesta, sol… simplemente paz y mente centrada en el momento, es decir, felicidad para mi. Cero estrés, cero pensar en nada ni en nadie. Sólo yo, el entorno y mi familia postiza.



Domingo deportivo. Kaiak para todos. Paseo por los alrededores de la isla. Un poquito de estrés a la vuelta por falta de fuerzas. Gracias Ale.
Vuelta a la gran ciudad. Cansancio. Pena por dejar de ver las maravillas que me han alegrado el alma estos días. Esta vez no he sentido pena de volver a casa, ni alegría de estar en casa. Simplemente es así mi vida, no? Me voy de finde a una isla maravillosa de Brasil, y vuelvo a casa, en Brasil, en São Paulo. Raro, pero feliz. De nuevo en la familia Natingui. De nuevo en casa, con mi portátil, mi habitación, la soledad de mi habitación. Pero en paz, y eso es lo que importa, lo que a mi me importa. Aunque a veces mi paz está cuestionada por esas salidas de sol que no consigo entender.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Eva,
Jope, qué envidia de playas! Perdona que me presente.
Me llamo Samuel. Estoy estudiando en Madrid y el curso que viene lo pasaré en Sao Paulo. Buscando cosillas para el viaje encontré tu blog y me ayudó bastante y clarificó algunas cosas (como por ejemplo que me prepare para el transporte público, jaja). Te escribí a la dirección que dice aquí evaensaopaulo@gmail.com, pero no sé si es la tuya y la consultas, o solo es una que te hace blogger por defecto y no la sueles ver. Era para saber si te importaría que te escribiese para ir preguntándote cosillas sobre la ciudad, la vida, bancos, documentación, etc, para no ir con los brazos vacíos, sino con algunas ideas claras. Mi correo es ayllon.aguado@gmail.com. Un beso y sigue disfrutándolo ;)

issa dijo...

¡¡Qué grande Ilha Grande!!