martes, 20 de noviembre de 2007

Cuando comprar un billete de autobús se convierte en un infierno

La mente tiene un poder maravilloso: ¿olvidar todo lo malo y quedarse sólo con las cosas buenas? Escribo con un interrogante, porque a veces no me lo creo ni yo. ¿A qué viene todo esto? Ummm, creo que esto se merece una entrada en el blog: para conseguir pasar un feriado maravilloso, tuve que comprar el correspondiente billete de autobús, ¿fácil?

Algo tan simple como ir a la estación de autobús y comprar un billete puede convertirse en una pesadilla de cuatro horas (alguna cosa mala tenía que tener esta ciudad ;)). Bueno, el miércoles (14-11-07) comenzó nuestro súper feriado (luego lo cuento) con lo que necesitábamos el correspondiente billete de autobús. Salimos del curro a las 16:55 para llegar a la estación de bus y no coger todo el tráfico que comienza a ser más intenso a las 17 que es cuando todo el mundo sale de trabajar. Un trayecto de 20 minutos, pasó a ser de más de hora y media. En un autobús repleto de gente, sobaco con cabeza, bolso con costillas… un tetris perfectamente encajado!!!! Calor sofocante, si cierras la ventana del autobús te asfixias y si la abres entra todo el humazo y contaminación de alrededor. No sabía si gritar o llorar, jaja, sentimiento de encerrona: gente por todos los lados, coches, ruido, mal olor, contaminación. Arggggggggg.

Una vez llegados a la estación de autobús y bien situados en la cola para comprar el billete… jeje, pedimos el de ida y todo perfecto, pedimos el de vuelta, y nos dicen que tenemos que ir a otra ventanilla de al lado… de la misma compañía por si alguien lo duda. Jaaaaaaa, cambiamos de ventanilla, y el señor ventanillero pasa un pasillo y se viene a la otra ventanilla con nosotras. ¿Cómico? Más que cómico, ahora me entra risa pero en ese momento no sabía si reír o llorar.

Vuelta a casa con el billete bien guardado. Esta vez volvemos en metro, porque la opción de montar en un autobús está vetada absolutamente por una temporada. Un atasco más y me da algo.

Moraleja: víspera de feriado nunca coger autobús, coche ni taxi ni nada de nada que circule por una carretera!!! Qué sudada, qué mal humor, qué bajón, desesperación y a todo esto añadir unas anginas de caballo….

1 comentario:

Eva dijo...

Por qué será que cuando leo estas cosas no me extrañan ya nada?
Me debo de estar acostumbrando al ritmo de vida sudamericano...
Aquí tener paciencia es una gran virtud..
Tú al menos tienes metro para alternar, yo o bus o taxi, pero siempre con atasco, que se le va hacer!!
Besos