lunes, 1 de septiembre de 2008

Ilha de Cananéia

La semana pasada se presentó sin grandes eventos. Un par de cenitas y poco más. Tranquilidad y centrada en mis clases de baile y de Pilates. Un pelín de mala gana y desmotivada completamente ante la idea de quedarme en São Paulo el fin de semana. Así que poco a poco, fuimos convenciéndonos de salir de la gran urbe a pesar de la predicción del tiempo: nubes negras, frío y muchos boletos de lluvia…

Ni cortos ni perezosos nos pusimos camino a Ilha de Cananéia, una ciudad del sur del estado de São Paulo a tan solo 255 km. No sé ni las horas que tardamos en salir de la ciudad. Qué atasco!!! Una vez que estábamos en la autovía a nuestro destino… joooooo, llena llena de camiones, a ratos medio parados, y con mil ojos, porque desde luego que aquí se conduce como el santo culo.

En fin, lo importante es que llegamos, que no es poco. Viernes de cenita tranqui y copichuelas en la lanchonete más cutre de todo el pueblo.

El sábado me levanté llena de energía con ganas de playa y paz. Bueno, paz tuve, pero lo que es playa… nossa, día nublado, con frío y lloviendo, aunque aún así nos hicimos la obligada excursión a llha do Cardoso. Bonito, bonito bonito. Pero frío frío frío.
En fin, a pesar de todo, el día me gustó, estuve a gusto, y sobre todo con la sensación de estar en un brasil más que profundo y que muchas veces no siento viviendo en São Paulo.


Después de la excursión, lo teníamos claro. La pousada tenía churrasco… así que compramos en el puerto un montón de pescado fresco: La docena de ostras a 3 reales (euro y poco), langostinos a dos duros y dos peces enormes… en fin, todo por 60 reales (unos 25€)..la verdad es que no estoy muy al día de los precios españoles, pero vamos, que me parece tirado…

La noche se dio como tenía que darse… bien regada de vino, con nuestro amigo el “uísque y jumm”. La cena buenísima de mano de JL y el gallego… frío mucho frío, discusiones, gritos, yo fuera de mi, algún que otro insulto (flojo y retirado)… pero bueno, creo y espero que quedó en una noche loca.
Fuimos a la discoteca del pueblo. La única claro. Pufff, eso sí que era el Brasil profundo. No hay más que ver las fotos. Qué desastre… no sé si nosotros éramos más o menos personajes que los lugareños!!!




El domingo de la muerte… un poquito de dolor de cabeza, creo que comimos algo en mal estado ;). Comida lenta donde las haya… el camarero más incompetente de la historia… pero la comida rica.





Y con esto, colorín colorado este finde se ha acabado.

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